martes, 11 de agosto de 2009

B. PERSPECTIVA CONCEPTUAL

En la región se ha ido construyendo progresivamente una perspectiva conceptual cada vez más precisa y cada vez más abstracta, que ha ido superando las perspectivas más descriptivas y empíricas, a la vez que mejorando las herramientas de percepción directa de los fenómenos naturales y las condiciones de existencia de la población; pero que también ha ido rebasando las nociones o categorías simplistas o estáticos, puramente sectoriales y unidimensionales, para construir conceptos complejos, dinámicos, históricos y comprehensivos, que dan cuenta de diversidad de determinaciones en los diversos ámbitos de la ocupación humana del planeta. Son conceptos que abarcan desde las referencias empíricas a los hechos cotidianos hasta el análisis de la lógica de los modelos económicos y políticos que se impulsan en el mundo globalizado. Son conceptos que permiten comprender la esencia de la generación de riesgos y por tanto, deberían permitir diseñar e impulsar, con creatividad y pragmatismo, las acciones que permitan asegurar cada vez más la vida humana y su transcurrir con niveles de calidad muy superiores a los que son comunes hoy en la región para las mayorías.
El curso preparatorio pretende introducir este enfoque conceptual y superar el aprendizaje memorístico, de tipo glosario, de algunos términos vaciados de contenido, que se escuchan en discursos y se leen en declaraciones y planes.
El desastre y el riesgo de su ocurrencia, junto con los análisis de fragilidad ambiental o las condiciones de inequidad de género o discriminación de amplios sectores de la población, no se estudian simplemente como nociones de lo que es ‘políticamente correcto’ enunciar, pero innecesario de poner en práctica, o simplemente incomprendido en su significado crítico y propositivo. Al contrario, estas nociones se deben comprender en su interrelación y en su origen común, en la estructuración general de la sociedad humana a lo largo de los milenios, y en las particularidades de la constitución de las sociedades centroamericanas a lo largo de los siglos, enfatizando el carácter que han ido asumiendo en el último siglo, y más específicamente en las últimas tres décadas.
Por otra parte, aunque se conocen ampliamente las dinámicas de la naturaleza y las recurrentes etapas de los fenómenos naturales, lo que se expresa en cada desastre no es lo sorprendente de tales fenómenos, sino la incomprensión de la población tanto de sus propias condiciones particulares como de los procesos políticos y sociales que las provocan, y su propia incapacidad real de gestar una acción colectiva que contrarreste la corriente dominante. A la vez, ello expresa con claridad la incomprensión o la desidia institucional y del liderazgo de todas las escalas, que aunque en términos técnicos puede expresar la necesidad de un cambio, en términos cotidianos profundiza el riesgo, niega el cambio y substituye las oportunidades de cambio por oportunismo electoral o clientelista.

El desarrollo se plantea entonces como una posibilidad real en tanto que la acción colectiva, desde lo familiar a lo institucional, desde lo nacional a lo regional, permita establecer las directrices para revertir el impacto de las características macro, en particular el modelo energético, como transformar su orientación; pero a la vez la acción institucional y social en campos tan diversos como lo legislativo y lo ambiental, lo cultural y lo técnico, que permitan orientar la producción y la organización de la economía para que no genere riesgos de desastre y revierta las condiciones ya creadas para millones de seres humanos.

Para ello se reivindicarán las bondades de procesos de planificación e intervención estatal, regulando y proponiendo, de manera que la acción privada tenga límites, en este caso particular, para mantenerla dentro de los ámbitos de lo saludable, ambientalmente amigable y generadora de bienestar sin depredar los recursos humanos y naturales.

No obstante el carácter preparatorio y básico del curso, ello no implica reducir la calidad y la precisión en el enfoque conceptual, al contrario, precisamente para que los educandos puedan luego avanzar hacia niveles más particulares, más sectoriales o más puntuales y específicos en su trabajo, se requiere en el nivel preparatorio de altos niveles de exactitud, perspectiva crítica y contextualización de cada categoría y concepto en la trama más global actual del planeta, pero trazando a la vez su origen y estableciendo su dimensiones, coberturas y expresiones de escala local y comunitaria.